FELICIDAD ANTÓNIMO DE PERFECCIÓN
Sentirnos felices son momentos, circunstancias, vivencias y
actitudes ante la vida. Podemos ser felices con pequeñas y simples cosas; quizá
otras personas la perciban desde lo grande y lo complejo. La felicidad es relativa,
lo que a mí me produce felicidad, no necesariamente tiene que ser lo mismo que
te la produzca a ti. Nuevamente aquí aparece el Libre Albedrío y el poder que
poseemos de actuar y decidir a voluntad. Es fácil ser feliz para aquel que ya
encontró Misión de Vida y por ello conduce su barco por mares seguros y con
brújula afinada.
Es muy diferente el caso de aquellos que buscan en todo la
perfección y por ello se generan un desgaste bárbaro!...en cualquier área de
nuestra vida podemos optar por el camino del éxito y transitar desde allí la
senda de la Excelencia. Este éxito que puede venir acompañado en cualquier área
de nuestra vida como cultura, deporte, religión, política, hogar, familia,
espiritualidad etc, pero consientes que este camino se transita con dedicación,
esfuerzo, iniciativa y confianza donde altas y bajas siempre podrán estar
presentes. Por su parte el perfecto es infeliz, nunca está a gusto con lo que
obtiene, siempre le parece poco o insuficiente como consigue llegar al triunfo
y vive creando “estrategias perfectas” que hasta le quitan el sueño. El
perfecto no encuentra paz interior y desconoce cómo armonizarse en sus momentos
de crítica desmedida.
De igual modo entre los vínculos de la vida solo los felices
sonríen, mientras los perfectos lloran. Llegamos al planeta hacer felices y
ascendemos a esferas superiores de existencia a trabajar con iluminación este
camino hacia los ápices de una perfección aprovechando que el espíritu está
libre sin la jaula que lo enclaustra (cuerpo físico) y que solo pertenece al
Eterno dueño absoluto de Perfección, y que ni siquiera necesita de la Felicidad
para existir, pues EL vive dentro de su Orden Divino.
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