LA MISION DE TU ANGEL DE LA GUARDA
Desde el momento en que fuiste
concebido, te fueron asignados no uno sino dos ángeles guardianes. Uno es el
que conoce todo tu potencial y el que siempre te empuja: “haz esto”, “ayuda
aquí”, “no vayas por allá”, etc. El otro, es más suave y tierno y es quien te
consuela cuando estás triste o cuando te sientes solo o decepcionado.
Ellos nos asisten siempre y,
cuando ponemos nuestra atención en ellos, iluminamos su entrada a nuestra vida.
Esperan pacientemente para conducirnos con amor por las experiencias terrenales
que tenemos que vivir y buscar su apoyo es primordial para comenzar a
disciplinar nuestra mente para que, cuando llegue el momento que nuestra alma
se desprenda del cuerpo físico y vuelva a Casa, no nos encontremos angustiados
y deseando tener otra oportunidad para rectificar las cosas.
Tus Ángeles de la Guarda te
recuerdan que es muy importante que recuerdes siempre seis puntos básicos:
Tu Espíritu es eterno e inmortal.
Sin embargo, tu conciencia individual podrá integrarse a tu Espíritu sólo
cuando te esfuerzas por llevar una vida recta, amando a Dios sobre todas las
cosas y al prójimo como a ti mismo. El espíritu es eterno e inmortal pero para
que tu conciencia sea eterna, deberás trasladarla hacia tu Alma. Recuerda que a
tu Alma sólo asciende lo que vibra en pureza: pensamientos, sentimientos,
palabras y acciones nobles porque todos los incorrectos no tienen suficiente
vibración para elevarse, se quedan en los planos que no son eternos.
Deberás aprender a controlar tu
mente porque sólo cuando aprendes
a serenarte y armonizar tu
actividad mental, tendrás plena conciencia de Dios y podrás unirte a él en
oración.
Recuerda que tu cuerpo físico es
sólo una vestidura de tu espíritu
que vive dentro.
Comprende que sólo existe Vida,
esencia divina que penetra todas
las formas visibles. No existe la
muerte. Recuerda que no te separarás de nada más que de tu cuerpo de carne y
hueso cuando llegue ese momento pues seguirás igual de consciente que como lo
estás ahora, la diferencia es que los que siguen con cuerpo físico ya no podrán
verte.
Aprende a separar tu conciencia
de lo físico o material y pon tu atención en Dios. Esto se logra con
introspección y conversando internamente con Él.
Recuerda. Sólo existe VIDA, y tú
la recibes directamente de Dios porque eres su hijo, estás UNIDO a Él
recibiendo Su Aliento durante toda la eternidad porque te ama profundamente.
Recuerda amorosamente a los que
han partido pues en la medida en
que tú les envíes pensamientos de
amor y oraciones, será el apoyo que recibirás cuando inicies este trascendental
viaje.
Ellos siempre estarán junto a ti,
jamás se separan de ti y siempre… siempre… acudirán en tu ayuda. Jamás dudes de
ello. Si, cuando pides ayuda sientes que no la recibes de la manera como tú
quisieras recibirla o tan pronto como te gustaría que fuera, es porque están
preparando algo mejor para tí. Lo importante es que pongas mucha atención en
tus ideas repetitivas, en tus sueños y visiones porque éstos son caminos
indicando la dirección hacia tu senda deseada y están inspirados por la
Divinidad. No podrás ver la carretera completa o hacia dónde te lleva este
camino pero cada paso te será mostrado conforme avances. Así que confía y haz
caso de tu intuición. Si dudas, puedes pedir confirmación de esos mensajes y,
si prestas atención a esas confirmaciones sutiles, podrás confirmar que estás
en el camino correcto. ¿Cómo identificar esos mensajes sutiles? depende de lo
que ati te sea significativo. Te puedo sugerir algo pero básate más en aquéllos
acontecimientos que para ti sean una afirmación. Por ejemplo, percibir un bello
aroma, escuchar algunos sonidos que te agradan (pueden ser sonidos dentro de tu
cabeza o de algo que te guste como campanas o silbidos de aves o pequeños
cristales que chocan al soplar el viento), mariposas o colibríes que se paran
frente o cerca de ti, una pluma parecida a las de aves frente a ti, moneditas
en tu camino, flores o pétalos, etc.
Como los Ángeles necesitan de
nuestros buenos comportamientos para transformar las energías que éstos emanan
en esencias celestiales que se elevan hasta Dios, es necesario que el cúmulo de
experiencias vividas en la Tierra sean muchas y frecuentes ya que hasta la más
mínima inspiración y deseo de amar al prójimo es utilizada por ellos para
auxiliarnos en el paso por el Plano de Purificación cuando es tiempo de dejar
esta Tierra y volver a la Casa Celestial.
Cada pequeña flor formada en
nuestra vestimenta del espíritu suaviza el paso por los niveles inferiores de
purificación y transforman en deleite del Alma y aromas divinos que consuelan
nuestra conciencia en esos momentos.
La Madre María, intercesora hasta
de la más pequeña alma del Señor, siempre tomará las pequeñas luces que emiten
los familiares, deudos y desconocidos que oran por estas almas y, al elevarlas
a Nuestro Padre Celestial, las transforma en hermosos ramilletes multicolores
de bálsamos florales los cuales, por Gracia Divina, regresan a las partículas
astrales de esas conciencias detenidas en cada nivel de purificación para
acelerar la agonía de la ausencia de Dios y de la incapacidad de regresar a la
Tierra ya que su cuerpo físico ha sido imposibilitado de hospedarlo nuevamente.
El Amor de los Santos Ángeles
acompañando a María es el que encuentra hasta el más mínimo rastro de oración o
de intención del Bien y lo entrega al Santísimo Espíritu quien vuelve en néctar
dulcísimo para el Alma irradiando destellos luminosos que salpican y
desintegran esas capas que recubren esa Alma que el Espíritu reclama para
volver a Él.
Cuando el Alma que pasa por ese
proceso de purificación ha sido en vida un Alma dedicada al servicio de los
demás, no importa la religión o las creencias que en vida haya profesado,
incluso podría ni siquiera haber creído en la existencia de un Ser Supremo
Omnipotente, los Ángeles actúan sin tiempo que perder en auxiliarla pues es
imperioso que vuelva a Casa para alabar a Dios Padre Celestial, Creador del
Universo y Origen de Todo.
Los Ángeles de la Elevación a lo
Divino emiten cantos cuyas notas vibran y crean un camino de luz y de esperanza
que se eleva aún más alto del plano en que están en esos momentos de tal manera
que la conciencia retenida en la etapa de Purificación pueda percibir que no
está sola y que hay Seres de Luz que, aunque todavía no puede percibir, están
actuando para que pueda continuar su camino prontamente.
Están presentes los Ángeles de la
Esperanza, del Alivio, de la Dulzura, del Abandono en Dios transformando el
espacio en el que esa conciencia transita hasta terminar su purificación para
lograr, finalmente, Su Elevación hacia la Luz, hacia el Plano del Padre, del
Hijo y del Espíritu Santo.
Cuando un Alma termina su proceso
de Purificación, los Ángeles que han intervenido en la transformación de los
sentimientos, pensamientos y acciones de esa conciencia, celebran felices junto
con los Ángeles Guardianes que le habían sido asignados en vida terrenal.
Es en ese momento en que tus
Ángeles se hacen visibles y perceptibles para tomarte de la mano y mostrarte
ese último trecho por andar para llegar al Amor Vivo que te aguarda gozoso de
que vuelvas a Sus Divinos Brazos para gozar de Su Presencia por siempre junto
con las almas amigas que tuviste desde antes de nacer y también de familiares y
amigos habidos en la vida terrenal quienes te acogen para compartir contigo la
Felicidad Eterna.
Al llegar a ese espacio de Luz
Divina es cuando tus Ángeles te dan un Último Abrazo entregándote a Dios
diciendo:
“¡Misión cumplida! … hemos vuelto
a Casa”.
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