ALCANZANDO LA PAZ
Aunque consideres tu problema el
más grave, mira a tu lado, a tu alrededor quizá sin mucho esfuerzo podrás darte
cuenta que si hay gente padeciendo, sufriendo. La solución está en percatarte
que ellos no se quejan tanto como tú, por ello, céntrate en tu silencio, tu meditación o simplemente conversa
con Dios y pídele entendimiento para sobrellevar tu situación, al ir
reconociéndola te iras aquietando y
encontrando la paz, la paz de los dioses que te permitirá ser el sanador de tus
propios problemas, de tus miedos y angustias y ello a su vez te devolverán a tu
esencia, a la fuente, a es calma que es Dios. Reconozcamos cada día de nuestras
vidas que somos seres premiados por la vida.
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