EL CUERPO Y EL ESPÍRITU: UN TRABAJO DE ADENTRO HACIA AFUERA.
Cuando el espíritu llega al plano toma su vehículo, ese
carro asignado para transitar la vida. Durante todo el tiempo que dura el viaje
el espíritu se siente apresado dentro del cuerpo físico, pero del cual al mismo
tiempo no se puede separar, pues representa en muchas situaciones su único
medio para escapar de lo que le resulta difícil, complicado y hasta en caso
temerario. Por otra parte es este vehículo llamado cuerpo el que mueve al
espíritu hacia los momentos de felicidad, alegría, y dicha. En fin espíritu sin
cuerpo y cuerpo sin espíritu durante el proceso de la vida resultan
indisolubles!
Igualmente resulta imposible en este binomio poder llevar
adelante un proceso de sanación: No podemos sanar jamas un cuerpo, si no se ha
realizado una labor previa de haber sanado el espíritu. Hay que sanar desde
dentro, para que la sanación exterior resulte exitosa. Y al igual que hablamos
de sanar como lo señalo Hipocrates ; también debemos pensar en nuestras
emociones, sentimientos, conductas y actitudes. El ser vivo del Planeta es un
reflejo fiel de lo que lleva internamente establecido como códigos de comportamiento
ante diversas situaciones.
Hay personas que han asistido a mi consultorio y me
preguntan: Como podría darle a mi vida un giro significativo en determinada
área?…mi respuesta siempre es la misma, para que comiencen a suceder cosas
diferentes en tu exterior, tienes que comenzar por realizar internamente un
cambio en ti, que genere conductas externas diferentes. El centro de
operaciones de nuestra vida se encuentra dentro de nosotros. El cambio, la
metamorfosis, la transformación , que nos llevara a girar 360 grados únicamente
esta dentro de ti y eres tu el único responsable de efectuarlo si lo decides
desde el corazón.
Hasta para colaborar en las mejoras de tu Mundo, tienes que
comenzar por mejorar dentro de ti tus patrones de vida y conducta, tu óptica de
como ver ese mundo fluir y transformarse en esa realidad tangible que deseas
ver cristalizada en un determinado plazo, donde solo sera el Tiempo Divino el
encargado de patentizarlo en una realidad.
Resultaría una bendición para el Planeta, que todos desde
dentro nos propusiésemos cambios externos realmente significativos….pues sin
duda alguna nuestro Planeta Tierra agradecería al cuerpo la bendición de
existir para mover a ese espíritu.
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