LA LIBERACIÓN PERFECTA DEL SER CONSTA DE 8 ETAPAS: (1ERA. ETAPA)



1 Primera Etapa: LA VISIÓN PERFECTA

con intuición espiritual. Al referirnos a ella como visión estamos marcando que se trata de una experiencia y no de un mero acercamiento intelectual. Es a través de esta visión, de esta intuición o experiencia sobre como son las cosas que comenzamos o decidimos comenzar el viaje. Sin esta intuición inicial nada ocurriría y es en la medida que esta experiencia es más o menos fuerte y penetrante que permea todo nuestro ser, transformando la emoción, el habla y cada una de las cosas que nos configuran como seres; hasta que finalmente emergemos renovados y con una conciencia luminosa, compasiva y libre. Entonces la visión de la existencia es perfecta, completa, sin tacha. La intuición inicial transforma, en alguna medida, las distintas partes de nuestro ser, esta trasformación hace que la visión sea más clara y profunda y esto aumenta la transformación………

Vemos pues que el camino espiritual no es un mero camino de buenas intenciones, o un mero ejercicio de seguir reglas y disciplinas, ni consiste en adoptar creencias. Sino que parte de un vislumbre que nos da impulso. Este vislumbre puede surgir de muchas maneras, tal vez un acontecimiento triste y doloroso como la pérdida de un ser querido; tal vez al encontrar alguna enseñanza que especialmente nos impacta y aclara nuestra mente; puede que sea la madurez que la vida nos va proporcionando o una dedicación profunda de nuestro tiempo y de nuestra vida al altruismo; tal vez el cansancio de ver tanta belleza y energía dilapidada en pos de nada.

El Buda tuvo un vislumbre inicial que le llevó a dejar sus palacios, su comodidad y su poder para emprender una búsqueda profunda que respondiera a las preguntas que su vislumbre habían suscitado. Él vivía cómodo y en la abundancia pero empezó a ver la enfermedad, la vejez, la inevitable muerte ¿Todos estamos sujetos a esto? Se preguntó. De qué sirve pues rodearme de seguridad y embriagarme de placer, no habrá una respuesta para esta aflicción, no habrá más luz que esta penumbra que nos envuelve. Y si yo sujeto como estoy a lo insatisfactorio, a lo impermanente a lo insustancial buscara lo satisfactorio, lo permanente, lo verdadero.

Tras varios años de búsqueda su intuición inicial iluminó toda su conciencia. Su experiencia de iluminación le reveló que cada ser humano podía a su vez intuir, transformarse, iluminarse, pero también se dio cuenta de lo difícil que esto era y tomó la decisión de señalar el camino. Pero siempre lo dejó muy claro: Él solo podía señalar el camino, no salvarnos, cada ser debía emprender su viaje, realizar la visión, permitir que la visión permeara todo el ser y de este viaje una nueva conciencia surgiría.

El Buda señaló el camino de muchas maneras: enseñó métodos para el desarrollo de la conciencia humana, usó conceptos para acercarnos la visión de la existencia que Él había realizado, usó metáforas, mitos, símbolos y por supuesto dejó su ejemplo. Miraremos algunas de sus enseñanzas para abrir nuestra visión, pero mientras leéis, recordad que es necesario que nosotros mismos tengamos una intuición, cierta experiencia, cierta visión. No basta con comprender intelectualmente lo que leemos, aunque es cierto que una apertura de nuestro intelecto también puede ser un vislumbre que trasforme nuestro ser.

Un acercamiento a través de los símbolos: La rueda, el Buda y el camino.

- La rueda de la vida:

Este símbolo muestra la vida, que podríamos llamar ordinaria, funcionando como lo hace una rueda: gira y gira. Es cierto que las cosas pueden ir bien y estar arriba, pero no es menos cierto que la propia naturaleza de la rueda y su continuo girar nos llevara a caer hacia las profundidades. En el eje de la rueda hay representados tres animales un cerdo, un gallo y una víbora. Nuestra ceguera sobre la existencia (el cerdo que tiene las orejas cubriendo sus ojos y el morro clavado en su comida, es decir no ve más allá de sus narices) nos impone dos actitudes que son dos caras de la misma moneda. Avidez (el gallo picoteando sin tregua) ciegamente creemos que si conseguimos esto, o aquello o aquello otro, entonces todo estará bien.

Y el Odio (representado por la víbora) ¡Si esto desapareciera, si esta persona cambiara! ¡No puedo soportar que me pase esto! etc. Este gran símbolo nos está diciendo que no es en la vida mundana en donde podremos satisfacer las necesidades de nuestro corazón o espíritu y que es impulsado por nuestra ceguera, por nuestros deseos neuróticos y por nuestros rechazos u odios que damos lugar a un nivel de existencia que solo gira y gira en donde nos sentimos atrapados.

- El Buda:
El Buda sentado en la posición del loto, bajo un hermoso árbol. El Buda que irradia luz, que tiene una expresión de profunda serenidad y que dibuja en sus labios una sutil sonrisa. Este símbolo también puede aparecer de forma más esotérica y compleja como el Mándala de los cinco Budas que muestra con sorprendente despliegue de simbología, belleza, amplitud y profundidad la dimensión de la mente iluminada. Lo importante es que está simbolizando nuestro potencial, lo importante es que hay algo en este ser de profunda serenidad que conecta con algo en nosotros. Desde luego este algo que intuyes en tu interior no tiene mucho que ver con el anterior símbolo de girar y girar.
Aquí hay algo profundo, espiral, luminoso, limpio.

- El camino:
El símbolo del camino de desarrollo espiritual que nos lleva desde la rueda al Buda. La visión perfecta es ante todo, una visión de nuestro estado real actual de encadenamiento a la existencia mundana, tal y como queda representada en la rueda de la vida. Luego está la visión de nuestro potencial de iluminación representado por el Buda.
Finalmente, está la visión del camino que lleva de uno a otro, una visión de todo el curso futuro de la evolución de un ser humano (Sangharakshita).
Un acercamiento conceptual: Las tres características de la existencia mundana.

- 1 Insatisfactoria en lo último.
- 2 Sujeta a impermanencia o cambio.
- 3 desprovista de identidad sustancial propia.

(1) La existencia mundana es insatisfactoria: La vida ordinaria con sus múltiples ofertas de placer, abundancia, riqueza, lujo, deseos satisfechos, éxito, poder etc. Encierra siempre un tipo de dolor o insatisfacción por sutil que esta sea ¿Acaso aún no te has dado cuenta? Seguro que sí, sino, no estarías leyendo esto.

(2) La existencia mundana está sujeta a la impermanencia: Nada permanece igual, instante tras instante todo cambia. Todo es un continuo fluir. Ciegos a esta verdad, la rechazamos y nos aferramos a las cosas, a las personas, a los afectos; impidiendo que la vida transcurra. Atados al pasado, ensoñando el futuro nunca presentes en la realidad cambiante del ahora. Este es un aspecto muy importante de la visión perfecta: si no abrimos los ojos a esta verdad de la vida no podremos abrir los ojos a nada.

(3) La existencia mundana esta desprovista de identidad sustancial propia: Este es un aspecto de la visión difícil y profundo en palabras de Sangharakshita: En ningún lugar de la existencia mundana, ni tampoco en nosotros mismos como seres condicionados, podemos encontrar un verdadero ser, una verdadera individualidad, o una realidad de algún tipo.

Otros aspectos importantes de la visión del Buda que el mismo enseñó y que pueden arrojar luz sobre nuestra visión de la existencia son:

Las cuatro nobles verdades que ya expuse al principio de este escrito y el concepto de Karma y renacimiento del que por razones de espacio no diré nada.

Camino a la Luz

Carlos Batista
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