LA LIBERACIÓN PERFECTA DEL SER CONSTA DE 8 ETAPAS: (6TA. ETAPA)
6º Etapa: EL
ESFUERZO PERFECTO
En demasiadas ocasiones cuando
pensamos en esfuerzo, lo relacionamos con un tipo de actitud que hemos de
adoptar para poder hacer aquello que no queremos. Esta asociación y otras
similares nos llevan a tener una relación desagradable con el esfuerzo. En el
contexto del noble camino octuple el vocablo que se utiliza es vyama (sánscrito)
y su significado estricto es ejercicio físico y está muy relacionado con la
gimnasia.
Según las reflexiones de
Sangharakshita: la connotación de esta palabra nos indica que la vida
espiritual es una vida activa, incluso dinámica, pero esto no significa que uno
tenga que estar haciendo cosas constantemente o ir deprisa de aquí para allá;
significa que uno debe estar mental, espiritualmente, incluso estéticamente
activo. La vida espiritual no consiste en estar cómodamente tendido en el sofá
leyendo la vida, esfuerzos y austeridades de Milarepa y pensando ¡que
estupendo!
El Budismo es un camino que
requiere esfuerzo y vigor espiritual sea cual sea la edad que tengamos o el
estado del cuerpo. Este esfuerzo al que estamos refiriéndonos tiene dos
aspectos: uno general que tiene que ver con el esfuerzo que hemos de realizar
en cada una de las etapas y otro especifico.
El esfuerzo perfecto especifico,
es decir esta sexta etapa del camino consiste en una serie de cuatro
ejercicios:
1º Prevenir
2º Erradicar
3º Desarrollar
4º Mantener
* (1º) Prevenir el surgimiento de
estados mentales torpes.
Como ya vimos, en el budismo,
torpe (Akusala) está relacionado con un estado de mente en donde predomina el
deseo egoísta, odios o enfados y la confusión el aturdimiento o la ignorancia.
En este ejercicio de prevenir,
hemos de darnos cuenta que no se trata de nada especialmente filosófico sino
más bien de algo muy práctico. Estamos todo el tiempo en contacto con las
cosas, los otros y la vida y este contacto lo establecemos a través de los
sentidos. Vemos algo agradable y lo deseamos, o vemos algo que nos incomoda y
nos enfadamos, el recuerdo de cosas del pasado nos puede poner tristes o
iracundos. Vemos, oímos, sentimos a través de la piel, gustamos, olemos,
pensamos y antes de que nos demos cuenta podemos estar enredados en miedos,
enfados y deseos irracionales.
De tal modo que para realizar
este ejercicio hemos de poner un “guardián a la puerta de los sentidos”. Dicho
de otra manera hemos de ejercitar nuestra atención consciente en relación con
los objetos de los sentidos y con la mente inferior. Hemos de darnos cuenta de
lo que vemos, oímos, pensamos etc. y el efecto que esto tiene en nuestros
estados mentales y hemos de intentar darnos cuenta antes de que estos estados
estén ya instalados en nosotros.
* (2º) Erradicar los estados
mentales torpes que ya tenemos.
Podríamos decir que cualquier
cosa que nos impide tener una mente lúcida y serena la podríamos clasificar
dentro de esta lista de 5 obstáculos:
* Deseo;
* Odio/rechazo;
* Ansiedad/Desasosiego;
* Pereza/Letargo;
* Duda/indecisión.
Imagina, por ejemplo que estás
tranquilamente sentado en tu casa reflexionando, incluso puede que estés
meditando, entonces comienza un fuerte ruido sobre ti, una vez más los vecinos
de arriba tienen la música muy alta y se dedican a mover muebles de un lado a
otro. Desde luego no es agradable y tú comienzas a enfadarte, recuerdas todas
las noches que no te dejaron dormir bien y las veces que has subido a hablar
con ellos sin que nada cambie y cada vez te enfadas más, haciendo que te sea
imposible seguir con tu reflexión. Probablemente este enfado traiga a tu mente
otras muchas causas de enojo en tu vida. ¿Cuál es el verdadero obstáculo para
tu tranquilidad? ¿El ruido? yo diría que no, el ruido es desagradable pero es
tu sentimiento de enfado es el que te impide relajarte y seguir meditando.
- · El Obstáculo del deseo: Con
frecuencia queremos más cosas de las que realmente necesitamos, tal vez las
usemos para paliar carencias emocionales. De cualquier forma, al actuar así el
deseo se vuelve un tanto neurótico y además terminamos ciegos a lo que en
verdad nos está pasando, por no hablar del desgaste de recursos en el mundo.
Las necesidades, del tipo que sean, pasan de ser algo adecuado para vivir y funcionar
en el mundo a ser un obstáculo para nuestro desarrollo.
- · El obstáculo del odio. A
nadie nos gusta aceptar que sentimos odio así que lo desglosaré: es esta una
emoción de rechazo, de enfado de agresividad, de disgusto, de actuar usando
poder y también incluye lo que podríamos llamar indignación justa. Puede ser
frío o pasional, el hecho de decir las cosas en voz baja y con “buena
educación” no significa que sean hábiles.
- · El obstáculo de la ansiedad.
Parece que lo que queremos siempre, está en otro sitio, en otro instante, nunca
en el momento presente. La ansiedad puede estar disfrazada de eficacia “Tengo
que hacer esta lista mental de tareas para mañana” pero la mayoría de veces
solo es intranquilidad. Cuando estamos trabajando pensamos en el ocio, cuando
es nuestro tiempo de descanso pensamos en el trabajo, si no tienes pareja
quieres una, si la tienes piensa que mejor solo…. A veces nos resulta imposible
sentarnos solos con tranquilidad siquiera unos minutos.
- · El obstáculo de la pereza.
Este obstáculo puede tener que ver con un bloqueo de energía o emocional que
nos impide actuar; el obstáculo de la pereza es inercia, es cuando sentimos que
nada nos importa, es una actitud de rigidez y estancamiento y aunque pueda
pareceros fuerte, a veces toma forma de desánimo y de desilusión.
- · El obstáculo de la duda. Esta
duda no es la duda sana que nos impulsa a investigar, preguntar y aclarar
ideas, sino más bien la duda corrosiva que nos quita la iniciativa y nos
incapacita. Tiene que ver con falta de confianza, tiene que ver con indecisión
y con no querer comprometernos. Estos son el tipo de estados mentales torpes
que en una medida u otra están ya en nuestra mente y hemos de erradicar.
Y por supuesto existen los
antídotos.
* (3º) El desarrollo de estados
mentales hábiles no surgido.
Estos estados hábiles no son
meros “buenos pensamientos” sino estados más refinados o superiores de
conciencia a los que podemos tener acceso con la práctica de la meditación,
situada está en un contexto de práctica espiritual.
Con la práctica regular de
meditación vamos teniendo acceso a experiencias de mayor sosiego e integración
psíquica. Experiencias en donde el pensamiento discursivo no entorpece nuestra
concentración. Experiencias de profundo silencio interior; de inspiración y
claridad mental; Incluso experiencias en donde quedamos protegidos de esos
estímulos externos que normalmente nos afectan o lastiman (por ejemplo el
ruido).
Estas experiencias de absorción
meditativa suelen ser muy cortas en duración pero acumulativas y van teniendo
un efecto general y duradero en nuestra mente. También es importante señalar
que no son un fin en sí mismas, ni es bueno que las pongamos como objetivo de
nuestra meditación (probablemente si lo hacemos nos cerraremos la posibilidad de
tenerlas). Simplemente hemos de tener en cuenta que la práctica de meditación
es la herramienta para el desarrollo de estados mentales positivos.
* (4º) Mantener estados mentales
hábiles ya surgidos.
Si prevenimos o impedimos el
surgimiento de estados torpes, si trabajamos con los estados torpes que ya
tenemos en la mente y cultivamos estados mentales hábiles solo nos queda el
mantener los pensamientos y estados mentales positivos que hemos desarrollado.
Y yo diría que esto consiste en seguir adelante, seguir practicando, seguir
desarrollando conciencia y atención. En este ejercicio la regularidad y la
continuidad de propósito son esenciales y es muy aconsejable practicar de una
forma paciente y amable con nosotros mismos.
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