PARA REFLEXIONAR…PADRES.
En muchos momentos de la vida como padres, nos preguntamos por qué mi hijo es así de rebelde, de indisciplinado, de introvertido, mal educado y pésimo estudiante. Y no es otra cosa que la necesidad que este tiene de resaltar y hacerse sentir por los errores nuestros. Ser como padres extremadamente complacientes enferma a nuestros hijos y el día que les digamos NO, pues no estarán preparados para entendernos, de igual modo ser Dictatoriales con ellos y vivir exigiéndoles, castigándolos o pretendiendo hagan nuestra voluntad es para nada benéfico. Ha pensado Ud, amigo padre, como puede sentirse su hijo internamente? Por ello hoy les traigo esta carta que todo padre debería leer pues quizá también sea el deseo de sus hijos aun no expresado.
A MIS PADRES.
No me des todo lo que te pido. A veces yo solo pido para ver hasta cuando puedo tomar. No me des siempre ordenes, si me pidieras cosas yo las haría más rápido y con más gusto. Cumple las promesas buenas y malas. Si me prometes un permiso dámelo, pero también si es un castigo. No me compares con nadie, especialmente con mis hermanos. Si tú me haces lucir mejor que los demás, alguien va a sufrir, si me haces lucir peor que los demás, entonces seré yo quien sufra. No corrijas mis faltas delante de otras personas. Enséname a mejorar cuando estamos solos. No me grites. Te respeto menos cuando lo haces y me ensenas a gritar a mí también, yo no quiero hacerlo. Déjame valerme por mí mismo. Si tú lo haces todo por mí…yo nunca podre aprender. No digas mentiras delante de mí, ni me pidas que las diga yo por ti, aunque sea para sacarte de un apuro, me haces sentir mal y perder la fe en lo que dices. Cuando yo hago algo mal no me exijas que diga por qué lo hice…a veces ni yo mismo lo sé. Cuando estés equivocado admítelo y crecerá la opinión que yo tengo de ti y me ensenaras a admitir mis equivocaciones también. Trátame con la misma amabilidad y cordialidad con que tratas a tus amigos, ya que por que seamos familia no quiere decir que podemos también ser amigos. No me digas que haga una cosa que tu no hagas…Yo aprenderé y hare siempre lo que hagas, aunque no me lo digas, pero nunca lo que tú digas y no lo hagas. Enséname amar y a conocer a DIOS, no importa que en el colegio me quieran ensenar, porque de nada vale si yo veo en ustedes, que ni conocen, ni aman a DIOS. Cuando te cuente un problema mío, no me digas…no tengo tiempo para tus boberías, o eso no tiene importancia. Trata de comprenderme y ayudarme. Y…QUIEREME Y DIMELO a mí me gusta oírlo decir. Aunque tú no lo creas. Necesario decírmelo.
TU HIJO.
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