DIOS Y TÚ:
En el ir y venir constante de cada día de nuestra vida el
hombre aprende lecciones que están siempre entregadas de la mano de Dios. Unas
veces es Dios directamente, otras veces se vale de sus mensajeros los Ángeles y
en algunos casos hasta por otros seres incarnates como Tú y YO, para que con
nuestros actos y acciones cumplamos con su plan de vida.
El hombre prospero, el hombre exitoso, el hombre generoso,
abundante y suministrador lo consigue desde saber trabajar formulas amorosas
repletas de sabiduría, donde solo así cristaliza su estabilidad económica.
Este hombre, es el que mejor ha sabido manejarse con Dios,
pues ha sabido pedirle en oración, conectarse con EL en meditación y trascender
junto a EL en evocación…en fin ha sabido cómo crear una mancuerna cuasi
perfecta, donde ha sabido manejar sus dos mayores necesidades a cubrir en su
tiempo encarnado.
Estas necesidades son:
1- Creer en DIOS.
2- Y creer en él..
Cuando se llega a este aprendizaje, la vida se hace más
fácil, pues has aprendido a soltar y dejar a DIOS hacer, pero desde la plena
convicción de que lo que has enviado a EL está ya en camino y tendrá respuesta
en su tiempo.
Es tener claro que DIOS responde, pero que antes tú tienes
que actuar, tienes que impulsar con profunda y clara intención tu propósito o
deseo ya visto, cristalizado en una realidad tangible.
Cuando seas capaz de entender que desde tu Voluntad,
transformas tu destino, ya todo será más fácil. Ya sabrás manejarte desde las
leyes de DIOS, donde EL manda, pero Tú actúas.
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